Synechococcus elongatus |
En un post anterior (éste) hablaba de la
producción de un biocombustible como es el etanol, pues bien en este otro
hablaremos de otro: el 1-butanol.
Este compuesto se puede utilizar como base de partida para la obtención química
de varios productos, pero más importante que eso es que tiene capacidad para
almacenar energía y luego ser usada como combustible, ya que es muy similar a
la gasolina. Para producirlo, metabólicamente hablando, hay dos formas: la ruta
sintética de los 2-cetoácidos, o bien la dependiente de coenzima A (CoA).
En este trabajo se usa una cianobacteria llamada Synechococcus
elongatus y de las estrategias que he mencionado el grupo opta por la
segunda ruta y, para ello, le introducen la friolera de… ¡¡5 GENES!! Estos
genes son hbd, crt y adh2 del ya
mencionado Clostridium acetobutylicum,
el gen ter de Tremponema denticola y el gen atoB
de Escherichia coli.
Para introducir los genes a la cianobacteria se usan plásmidos que recombinan, es decir que se
insertan, dentro del genoma del microorganismo. Además, para evitar que se
produzcan disrupciones de genes y “daños colaterales” no deseados hay dos sitios
caracterizados en los cuales se pueden llevar a cabo estos procesos inocuamente
y que se conocen como “sitios neutral I” y “sitio neutral II”. Estos plásmidos,
para construirse y luego ser transformados en nuestro microorganismo, se
desarrollan en E. coli. Como 5 genes
en un único plásmido es demasiado deciden distribuirlos en dos plásmidos
diferentes, que se llamarán pEL5, que se dirigirá hacia el NSI y contendrá los
genes atoB y adhE2 , y pEL14 que se dirigirá hacia el NSII y que llevará los
tres restantes genes. Cada uno de los plásmidos conferirá asimismo una resistencia
diferente, siendo el primero a espectinomicina y el segundo a kanamicina.
Además el ter de T. denticola se modifica, añadiendo lo que se conoce como cola de
polihistidinas. Esta modificación tiene como función el ser reconocida por un
anticuerpo, lo que luego nos permitirá identificarla al unírselo. Para expresar
estos genes se sitúan bajo promotores inducibles (es decir, la expresión se da
bajo ciertas condiciones) en este caso inducibles por lactosa.
Ruta metabólica introducida |
Para transformar a S.
elongatus se deja que el cultivo se
esté desarrollando en fase exponencial (es decir, cuando más crece) y entonces
se le añade el DNA exógeno que queremos que incorpore, dejándolo todo la noche
a oscuras para que se dé a cabo la asimilación. Posteriormente, para
seleccionar aquellos individuos que lo han introducido satisfactoriamente se
añaden dos antibióticos que actúan como marcadores y que son la espectinomicina
y la kanamicina, como ya mencionamos antes, y se siembra en placa. Cuando
aparecen las colonias se “pican”, es decir, se toma parte y se analiza por PCR
para ver si se ha producido la inserción de los fragmentos de interés. Una vez
demostrada esta inserción se toma una de las colonias para continuar con los
experimentos.
Colonias de S. elongatus en placa de Petri |
El siguiente paso consiste en el cultivo en medio líquido en
botellas con tapón de rosca de 250ml. Las condiciones para el cultivo son con, para que sea un cultivo aeróbico, o
sin un burbujeo constante de una mezcla gaseosa de 5% CO2/95% N2.
Cómo podemos ver, son condiciones anaeróbicas, es decir, no hay oxígeno. Para
inducir la expresión de los genes se usa un reactivo conocido como IPTG, una
sustancia análoga a la lactosa y que es capaz de activar la expresión de los
genes situados bajo promotores inducible por el mencionado azúcar y que además presenta la ventaja de que no puede ser metabolizado como fuente de carbono, lo que hace que quede en el medio de cultivo activando la expresión.
Estudiaron la producción del 1-butanol en diferentes
condiciones
- Con presencia de oxígeno y luz constante y no se observó nada de producción del mencionado biocombusible.
- Con burbujeo constante de 5 CO2%/95% N2 buscando la purgación de todo el oxígeno y con iluminación, produciéndose unas cantidades ínfimas de 1-butanol.
- El siguiente paso consistió en incubar en oscuridad, además de con el que burbujeo, con esto se consigue eliminar completamente el oxígeno, ya que al no producirse la fotosíntesis no se acumula. El resultado fue que se llegaron a producir cantidades significativas de butanol.
Estos resultados hacen creer que el oxígeno es un inhibidor
de la producción del alcohol. Para comprobrar esta tesis, se utilizó un
reactivo llamado 3-(3,4-diclorofenil)-1,1-dimetilurea (reconocedlo, ya echabáis
de menos los nombres complicados. Bueno, pues aquí os van las siglas, desde
siempre haciendo las cosas más fáciles: DCMU) que es un inhibidor del
fotosistema II (PSII), bloqueando la capacidad de la cianobacteria de producir
el O2. Este compuesto se
añadió a cultivos que se sometieron a condiciones óxicas y anóxicas y con
diferentes concentraciones del DCMU. La condición de oscuridad es dejó como
control, sin que se añadiese el inhibidor, total, no hace falta, en oscuridad
no se produce oxígeno. El resultado fue que a mayores concentraciones de DCMU
en condiciones anóxicas se acumulaba mayor concentración de 1-butanol. La
conclusión de esto es clara: no es la luz la que bloquea la producción del
alcohol, sino la presencia de oxígeno.
Concluyendo, como podemos ver no sólo en las bacterias está
el futuro de la energía, sino que las microalgas tienen mucho que decir en este
campo, siendo capaces de nutrirse del CO2 del aire, que tan
contaminante se llega a considerar y darnos como resultado productos que no
resultan tan interesantes como el 1-butanol. Además gracias a este artículo se
va que la producción del alcohol butílico está influido para la presencia de
oxígeno, por lo que el paso a nivel industrial requerirá de adaptación a dicha
condición.
Fuente:
Metabolic engineering of cyanobacteria for 1-butanol production form carbon
dioxide. Ethan I. Lan et al. Metabolic
engineering 13 (2011)